La cremallera interna se aplica a ambos lados del embalaje, el cliente llena el producto y cierra el embalaje (utilizando una selladora) por encima de la cremallera (con un margen de seguridad para no dañar la cremallera).
El cierre está sellado para que después de abrir el embalaje, el producto pueda conservarse manteniendo su forma original y garantizando la calidad del producto (según su fecha de caducidad).