Innovador, atractivo y funcional son sólo algunas de las características imprescindibles del packaging alimentario para destacar en el punto de venta. Los envases flexibles ofrecen una gran versatilidad para diferentes tipos de productos.
Como su nombre indica, la definición de embalaje flexible es su capacidad de adaptarse a la forma del producto y garantizar condiciones de seguridad como la protección de la luz y otros agentes externos durante el transporte, además de optimizar el almacenamiento.
En cuanto a la resistencia, la combinación de dos tipos de films flexibles durante la fabricación marcará la diferencia para el almacenamiento y envasado del producto, ya que uno de ellos estará en contacto directo con él.
La versatilidad es la principal ventaja de utilizar envases flexibles, ya que multitud de productos alimenticios (sólidos o líquidos), productos de higiene, cosméticos, medicamentos y piensos pueden ser visualizados, transportados, almacenados, abiertos y consumidos fácilmente.
La seguridad alimentaria es otro punto fundamental que se cubre, ya que este tipo de envases permiten aislar el producto de la humedad, el calor, la luz, las bacterias y otras formas de contaminación. El uso de cremalleras y válvulas de seguridad, por ejemplo, contribuye a una mayor seguridad a la hora de acceder al contenido mediante el sistema “abre y cierra” del envase y, además, reduce los residuos.